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sábado, 10 de mayo de 2014

El trasfondo de las metodologías de acción social: los paradigmas.

Siguiendo algunos de los matices dados en clase, podríamos definir los paradigmas como aquellos marcos de referencia sobre los que se deben fundamentar determinados supuestos metodológicos, delimitando el modo de abordar los problemas, proponer soluciones y aplicarlas. Como paradigmas más representativos en las ciencias sociales se encontrarían los siguientes:

-El paradigma tecnológico o la animación como tecnología social. Defiende la idea de la realidad como algo único y objetivo, y por lo tanto, con una única interpretación. Confía en el poder de la ciencia, y más concretamente, en el del conocimiento positivo como herramienta para analizar e interpretar esa realidad. Se da mucha importancia a la eficiencia y la racionalidad de los procesos, y se concibe al  animador como un mero técnico que se dedica a aplicar aquello que  ha sido prescrito previamente por los teóricos. Se trata, en suma, de un planteamiento cuya aplicación puede llevarnos a grandes incoherencias, pues no tiene en cuenta el carácter variable y cambiante de la realidad, ni las características subjetivas de las personas que la componen, tratándose de un planteamiento rígido frente a una realidad que necesita de flexibilidad constante.

-El paradigma interpretativo o la animación como interacción social. Defiende la idea de la realidad como algo no objetivo e interpretable de forma unívoca, y frente al modelo anterior plantea la “interpretación” de la realidad, y no la “explicación” científica. Es decir, defiende la necesidad de aproximarse a la realidad sobre la que se va a actuar, pero no con la idea de objetivar verdades absolutas sobre una realidad única, sino con la de sacar conclusiones que le proporcionen un mayor conocimiento sobre la misma y que le permitan realizar intervenciones que favorezcan el desarrollo personal y colectivo. Desde este planteamiento el animador sería “un práctico, un mediador grupal que interpreta situaciones y favorece experiencias”. Un agente que actúa desde su subjetividad en interacción con la subjetividad de cada uno de los destinatarios.

-El paradigma crítico o la animación como proceso político. Parte de las mismas ideas que el modelo anterior, es decir, se fundamenta en la crítica al modelo positivista y a su consideración de la realidad como algo único y objetivable, pero a diferencia del segundo, es en sí una crítica al primer modelo. Frente a este, defiende la idea de una realidad “social” que “se constituye en la historia y es fruto de las tensiones e intereses contrapuestos de las distintas clases sociales y grupos humanos”. Ataca a la falsa imagen neutral de la ciencia y el método científico, pues no son neutrales, sino que responden a intereses, no teniendo como objetivo principal ampliar el conocimiento general sobre la realidad, sino sobre aquellas dimensiones que  les interese. Desde este planteamiento la tarea del animador nunca será neutral, sino comprometida política y socialmente. Su acción deberá centrarse en desvelar y recrear realidades y generar alternativas. Lograr la emancipación de los individuos y la transformación de la sociedad.


Y como punto final al que nos lleva tanto lo tratado en esta entrada como la anterior, concluimos plasmando la estructura metódica que todo proceso de intervención social debe cumplir independientemente de la metodología de acción social que siga y el paradigma que se encuentre tras la misma:


Hasta aquí las publicaciones de hoy,

Iris.

¿Qué podemos entender como metodología de acción social?


Siguiendo a Ander-Egg, “si el conocimiento más que un estado (algo adquirido), es un proceso (algo inacabado, en un hacerse permanentemente), tanto más lo es el método que -como indica el origen de la palabra- es un “camino hacia algo”. No es un camino errático o al azar, sino algo planeado en una determinada dirección”. Es decir, el método de intervención o acción social es concebido como algo abierto, flexible, adaptable. Un camino que hay que andar, y que se va construyendo con cada paso que damos.

Existen diversas metodologías de acción social, diferenciándose unas de otras en el modo que tienen de abordar la realidad sobre la que se interviene. Por ello, en función del tipo de proyecto que queramos desarrollar se empleará una u otra metodología.

Sin embargo, en todas ellas entran en juego una serie variables: marco de referencia, condicionamientos contextuales, competencias de quien lo aplica, experiencias y vivencias, etc. Pero de entre todas ellas, como eje de cualquier método se encontraría el marco de referencia, es decir: ¿para qué actuamos?. Siguiendo a Villasante y otros:

Podemos actuar para adaptar a las personas con problemas sociales al medio que les rodea sin cuestionarlo, con el objetivo de mejorar las relaciones de esas personas con su entorno mediante el fomento de la integración, pero siguiendo una postura conformista que perpetúa las relaciones de poder existentes. Ésta sería la línea adaptativa-conservadora.

Podemos guiar nuestra acción por la idea de actuar educando de manera reformadora. Se trata de la línea educativa-reformadora, y es realizada por aquellos profesionales que creen que es necesario realizar cambios en la sociedad mediante acciones como educar para prevenir la marginación, trabajar con la población de riesgo, adaptar los recursos a los usuarios, etc. Pero siempre serán cambios superficiales, que no supongan modificar las estructuras.

Y por último podemos seguir las líneas transformadoras. Aquellas que lo cuestionan todo y defienden la necesidad de realizar un cambio interno y global de las estructuras sociales, pues no basta con que hayan buenas políticas sociales, se necesita una transformación global hacia otro modelo de sociedad, otras estructuras y otros criterios de reparto social.


A través de estas tres líneas de acción podemos ver, siguiendo ahora a Ander-Egg, como no existe un único método verdadero y absoluto, sino varios, y esto es algo positivo porque hace posible un mayor aprendizaje, pues al fin y al cabo, aprender significa tener la posibilidad de conocer diferentes planteamientos y posteriormente decidir cuál es el más adecuado. Además, el carácter variable de la realidad y la idea de programa/proyecto de intervención como algo que va unido inevitablemente a esa realidad hace necesaria la presencia de creatividad en ese proceso de retroalimentación entre los aspectos metodológicos y la realidad.

Feliz sábado,

Iris.

martes, 22 de abril de 2014

"Sumemos capacidades. Por el derecho a una educación inclusiva". Campaña Mundial por la Educación.

El pasado 9 de abril se celebró la campaña "Sumemos capacidades. Por una educación inclusiva" a propósito de la Campaña Mundial por la Educación (CME). Esta campaña de carácter internacional; que tuvo lugar en más de 28 ciudades españolas, con la participación de 138 centro educativos, 7.415 alumnos/as y más de 28 actos en la calle; pretende reivindicar el derecho a una educación de calidad de los niños y niñas con necesidades educativas especiales. Una educación donde no existan las discriminaciones, basada en la igualdad de oportunidades, y que se centre en satisfacer sus necesidades de aprendizaje.

La realidad ante la que surge esta campaña es la de un mundo en el que 93 millones de niños/as tienen algún tipo de discapacidad, y el 90% de ellos no acude a la escuela. Y los que sí acuden, tienen menos posibilidades de acabar sus estudios que aquellos compañeros que no padecen ningún tipo de discapacidad. Realidad que se acentúa todavía más en los países más empobrecidos.

Por ello, con el objetivo de crear conciencia y colaborar para la búsqueda de mejoras en este sentido, la Universidad de Valencia fue una de las entidades que celebró la Semana Mundial por la Educación,  celebrando el 9 de mayo una jornada con actividades lúdicas y mesas de experiencias profesionales y vivenciales alrededor del tema de la educación inclusiva.

En concreto yo formé parte como organizadora de uno de los talleres integrados dentro de la gymkana, formada en su conjunto por actividades orientadas en torno al tema de la educación inclusiva. Nuestro taller:  “ponte en mi lugar ”, tuvo el objetivo principal de sensibilizar a todas las personas que acudieran sobre el día a día de las personas con diversidad funcional, las dificultades que conlleva el ser etiquetado como el “diferente” y el fomento de valores como el respeto y la igualdad. Pues no hay mejor manera de entender cómo se siente el otro en realidad que simular situaciones que te hagan ponerte en su piel.

A su vez, esa experiencia supuso nosotros, todas las personas que organizaron junto a mi ese taller, una oportunidad para trabajar con personas nuevas, adquirir destrezas de organización y ejecución de actividades, y por supuesto, el incremento de nuestra sensibilidad hacia el tema de la discriminación y la infravaloración de las personas con diversidad funcional.

Aquí os dejo algunos de los vídeos que se utilizaron para promocionar la SAME, junto a citas textuales de algunas de las personas implicadas en este proyecto:

-http://www.levantetv.es/secciones/portada/generalVideoteca.jsp (Informativos Levante, a partir del minuto 15:17). 

-Campaña Mundial por la Educación 2014: 

-Spot SAME 2014 de la Universidad de Valencia:

-https://www.youtube.com/watch?v=oPwsjk2ga_o (Semana Acción Mundial por la Educación 2014):
“Lo primero que hay que tratar a los niños es como personas. Entonces yo creo que les estamos dando algo a lo que tienen derecho desde el momento en el que nacen”. (Ana Briongos, Fisioterapeuta Colegio Pedro Gómez Bosque de Valladolid.

“Si una persona con discapacidad dice: “yo quiero tal cosa”,  su papá le dice: “no, que te vas a lastimar”. No, eso no es así. Inténtalo. No lo menosprecies, no lo sobreprotejas, que lo dejen ser libre, que tome sus decisiones, que quiera, que haga. Yo nunca dije no puedo. Yo siempre dije que sí podía. Y por ese pensamiento hasta donde he llegado” (Javier Soto, estudiante de Administrativos de Negocios Internacionales).

“Estamos hablando de 93 millones de niños y niñas y muchísimos de ellos todavía no pueden ir a la escuela. Y no pueden ir a la escuela muchas veces por una cuestión de prejuicio, por una cuestión de estereotipos, donde se piensa que los niños y niñas no tienen capacidad para aprender y no merece la pena  que vayan a la escuela. Cuando una persona tiene derecho a la educación y puede acceder a ella va floreciendo, va poniendo en práctica todas sus capacidades y puede desarrollarse integralmente” (Leticia Silvela. Coordinadora CME en España).

“Para lograr una educación verdadera, una educación inclusiva, hacemos falta todas las personas.  Y por lo tanto, es muy importante que en la Semana por la Acción Mundial por la Educación todos participemos, y animo a que pongas tu corazón, tu cabeza, tu grano de arena, para animar que entre todos vayamos avanzando en una educación para todos, en una educación buena, en una educación inclusiva” (Javier Tamarit. Director Área Calidad de Vida FEAPS Confederación).

Y por último, un vídeo que resume la experiencia del taller “ponte en mi lugar”:

Feliz martes, 

Iris. 

viernes, 18 de abril de 2014

Diferenciando conceptos

El objetivo que guía esta nueva entrada es abordar un aspecto del ámbito social, que como pudimos comprobar en una de nuestras clases, era desconocido para la mayoría de nosotros. Me refiero a la diferenciación entre los conceptos “asociación” y “fundación”, y lo que constituirse como una de estas dos terminologías supone para una entidad.

En primer lugar, a nivel organizativo, una asociación se podría entender como el resultado de la agrupación de un conjunto de personas que se unen con una finalidad común concreta a alcanzar. Poseen un CIF, y pasan a tener diferentes posibilidades como es contratar servicios o personas que ayuden a alcanzar ese fin común que guía toda la acción de la entidad, realizar actividades económicas, etc.

En el caso de la fundación lo que se unen no son personas, sino capital económico. Una de las causas habituales que tiene como resultado la constitución de una fundación es cumplir el deseo de una persona que cuando fallece destina dinero a  llevar a cabo ciertas acciones sociales.




En segundo lugar, en cuanto a la gestión, una asociación es más democrática, pues se encuentra dirigida por una junta directiva que es elegida por los socios que constituyen la asociación, por lo que es más democrática en su funcionamiento, pero menos estable. Y el funcionamiento de la fundación, por su parte, sigue los criterios establecidos por un organismo superior (Consellería o Ministerio) que supervisa que los recursos financieros se estén empleando adecuadamente.

Y en tercer lugar, a nivel fiscal, una problemática que no forma parte de la realidad de las fundaciones pero sí de las asociaciones es la necesidad de encontrar financiación para sustentarte, y los problemas que muchas veces encuentran en dicha labor. La principal fuente de financiación de las asociaciones son las cuotas que los socios aportan, sin embargo, éstas no desgravan, y la desgravación es algo fundamental para poder obtener financiación privada. De modo que, aunque reciban donaciones, no desgravarán, y eso dificultará la búsqueda de financiación.

Además, no puedo dejar de lado, dado el tema que estoy abordando, otros aspectos relevantes que forman parte de la realidad de las asociaciones:

Por una parte, el uso del asociacionismo como método para realizar actividades culturales, sin ser realmente una asociación como tal,  o para disfrazar empresas cuyo fin principal es obtener beneficio económico, y no social.

Y por otra parte, el carácter familiar de las asociaciones lleva en muchas ocasiones a que familiares del colectivo al que atiende la asociación formen parte del equipo profesional, o que algún trabajador forme parte de la junta directiva. Desde mi punto de vista, y apoyándome también en las ideas comentadas en clase, caer en cualquiera de esas dos opciones es un gran error, pues la mayoría de veces inevitablemente esto provoca la pérdida de calidad en los servicios que ofrece la asociación. En el primer caso porque los vínculos afectivos que esos familiares tienen pueden influir en su objetividad como profesionales, y en el segundo caso, porque puede ocurrir que, en la toma de decisiones  propias de la junta directiva, en la persona prevalezcan los intereses individuales como profesional por encima del bienestar y el progreso de la asociación en su conjunto.

Con esto doy por finalizada esta entrada. ¡Felices pascuas!.


Iris.

domingo, 13 de abril de 2014

Un acercamiento a la Asociación Valenciana de Espina Bífida

La Asociación Valenciana de Espina Bífida o AVEB es una asociación sin ánimo de lucro que se centra en la atención a personas afectadas por espina bífida principalmente, aunque también atienden a personas con patologías similares.

A modo de aproximación a la espina bífida, es una lesión medular congénita que da lugar a personas con movilidad reducida, pérdida de sensibilidad medular, debilidad medular, alergia al látex, pubertad precoz, entre otras consecuencias. Existen tres tipos, de menor a mayor gravedad: espina bífida oculta, merningocele, y mielomeningocele.

Volviendo a la acción de la asociación, su objetivo principal es la integración y la plena normalización de la vida para las personas a las que atiende, realizando para ello actuaciones encaminadas a alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades, y  la eliminación de la discriminación y la exclusión social, acercando para ello a las familias a las que atiende las ayudas y apoyos necesarios para responder a las necesidades de cada persona concreta.

Bajo el lema de esa igualdad la asociación trabaja para dar lugar a espacios en los que las personas con espina bífida no se sientan como el “diferente” sino como uno más, siendo esta la razón por la que en el ámbito no formal orientan sus actividades a las personas que padecen ese mismo tipo de diversidad funcional o similares.   

A su vez, como base metodológica de su intervención apuestan por el ocio y tiempo libre, realizando programas que se basan en el fomento de la participación inclusiva de las personas a las que atienden. Es decir, que los programas que desarrollan nazcan de la mano de los propios destinatarios.

Hablamos, por lo tanto, de un ocio inclusivo, como estrategia “innovadora que potencia procesos de transformación e inclusión social” en palabras de los trabajadores del ámbito social que forman parte de esta asociación. Se trata, además, de un ocio muy amplio, pues realizan actividades muy variadas, siempre adaptadas a los deseos y necesidades de las personas a las que se dirigen. Se realizan actividades que van desde talleres, paseos,  cenas, bolera, cine, conciertos de música, excursiones a parques de atracciones, al Oceanogràfic… hasta actividades que requieren de mayor preparación y recursos como el esquí adaptado o el surf inclusivo, pero que tienen como resultado experiencias muy bonitas, pues suponen el crecimiento personal tanto de los profesionales como de los destinatarios. Concretamente sobre el surf inclusivo podéis encontrar un vídeo en la página web de AVEB, a la que podéis acceder a través del siguiente enlace: http://www.espinabifidavalencia.org/.

Como ideas base sobre las que guían su acción en el área de ocio y tiempo libre se encontrarían las siguientes:
-La necesidad de difundir la sensibilidad y aceptación hacia la diversidad, dando lugar a un cambio mental como paso previo al cambio social.
-Promocionar la accesibilidad universal de todas las personas al ocio y tiempo libre, independientemente de sus características.
-Fomento de un ocio no excluyente, abierto a toda la ciudadanía, aunque su acción se oriente más al colectivo específico ya comentado. Y con esto, crear condiciones que hagan posible la participación ciudadana.
-Socializar y difundir los proyectos de ocio inclusivo.

En cuanto al equipo profesional que forma parte de la asociación, disponen  de diferentes figuras como un educador para el piso tutelado, una técnica de ocio, trabajadores sociales, voluntariado, etc. Concretamente, el voluntariado se concibe como un pilar muy importante, y por ello realizan cursos de formación de voluntariado bajo un enfoque educativo basado en la horizontalidad, la igualdad, etc.

Como último punto, la asociación tiene un programa residencial de corta estancia denominado “El Teu Espai”, y se centra en intentar normalizar la vida de las personas a las que atiende, fomentando para ello aspectos como la autonomía personal, habilidades sociales, inserción laboral, formación académica, rehabilitación psicosocial, ocio y tiempo libre, etc. Se trata de una acción que se adapta a las características de cada caso, pero que, dentro de lo posible, intenta que las personas a las que atiende sean capaces de realizar las tareas propias de cualquier vivienda, y que la convivencia sea positiva, algo que a veces se vuelve complicado porque provoca numerosos conflictos, pero que, como en cualquier otro piso, deben quedar como simples conflictos de convivencia.

En suma, esta asociación es un ejemplo de lucha por la aceptación de la diversidad, y más allá, lucha por el derecho a ser diferente sin que ello conlleve la discriminación o el menosprecio. En palabras de la asociación, el fomento de la visión de la discapacidad como “la capacidad de ser extraordinariamente capaz”.

Feliz domingo,


Iris.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Taller de escritura, una experiencia de descubrimiento artístico.

Al escribir se retienen las palabras, se hacen propias, sujetas a ritmo, selladas por el dominio humano de quien así las maneja… Mas las palabras dicen algo. ¿Qué es lo que quiere decir el escritor y para qué quiere decirlo?... Quiere decir el secreto; lo que no puede decirse con la voz por ser demasiado verdad; las grandes verdades no suelen decirse hablando. La verdad de lo que pasa en el secreto seno del tiempo, es el silencio de las vidas, y que no puede decirse. “Hay cosas que no pueden decirse", y es cierto. Pero esto que no puede decirse, es lo que se tiene que escribir” (Skliar y Larrosa, 2009, p. 11).

Con este fragmento comienzo esta  nueva entrada, un fragmento del que puede deducirse la magia propia de la escritura, aquella que nos impulsa a escribir como consecuencia de la necesidad de sacar de algún modo aquello que sentimos y que a veces ni si quiera somos capaces de decir en voz alta. En esta línea, los talleres de escritura se convierten en un ejercicio fundamental para fomentar un tipo de arte como es la escritura, así como la interacción entre la misma y las personas, intentando hacer surgir ese impulso que nos lleva a escribir más allá del ámbito obligatorio, escribir porque disfrutamos con ello.

Y a propósito de esto, la experiencia del pasado miércoles fue una oportunidad y un ejemplo de taller de fomento de la escritura, de la cual pude deducir diferentes aspectos:

En primer lugar, que cualquier taller de fomento de la escritura debe constar de un primer momento de “calentamiento”, realizando para ello dinámicas de inicio, para la primera toma de contacto. Seguido de las propias actividades de fomento de la escritura (sensibilización y expresión), y por último, actividades de reflexión sobre lo experimentado en el taller.

En segundo lugar, que dichos talleres necesitan disponer del tiempo necesario que permita que la actividad se realice con tranquilidad.

En tercer lugar, la importancia de que aquellas personas que vayan a hacer uso de los talleres de escritura como parte de su práctica profesional, como puede ser el caso de los educadores sociales, previamente experimenten esta vivencia como participantes del taller escritura.


Y en cuarto y último lugar, que este tipo de talleres permite fomentar aspectos como la creatividad, la imaginación, la expresión, etc. Pero por otra parte, también se convierte en una posibilidad de encuentro del individuo consigo mismo, un acercamiento a sus potencialidades, al conocimiento de lo que es capaz de hacer, y a reflejar su personalidad, ya que cuando escribimos, consciente o inconscientemente, dejamos parte de nosotros en lo que estamos transmitiendo.


Iris.


La animación a la lectura, un acercamiento a la democratización de la cultura.

"La lectura de un libro prohibido, tras una puerta cerrada, en una noche de nieve, es uno de los mayores placeres de la vida"  (Yutang, n.d.).

La lectura, como arte, es una eficaz estrategia de aproximación a la democratización de la cultura, pues hacer uso de ella mediante diferentes metodologías da a los individuos la posibilidad de interaccionar con una forma de arte.

Concretamente, como parte de la animación a la lectura, las diferentes actividades que se realizan se clasifican en dos pilares: las actividades inespecíficas y las actividades concretas de fomento de la lectura.

En primer lugar, en lo que se refiere a las inespecíficas, son aquellas en las cuales se hace uso de gran variedad de libros, y no de uno específico, dando así la posibilidad de que las personas que participan puedan aproximarse a aquellas lecturas que más llamen su atención. Algunos ejemplos de actividades de este tipo serían los mercados de trueque de libros, la biblioteca viajera, visitas a bibliotecas y librerías, actividades de fomento de la lectura en familia, etc.


Concretamente, uno de los muchos ejemplos que reflejan esta tipología de actividades de fomento de la lectura sería el “Taller de cuentos La Bandera”, realizado por una agrupación cultural de la población “La Bandera” de Chile, que se centra a rasgos generales en iniciativas como proporcionar cuentos o poesías para que los niños lean en voz alta, letras y dibujos para que pinten y aprendan a leer, charlas acerca de lo que se ha leído, creación de cuentos por los propios niños, etc. Lo podéis encontrar en el siguiente enlace: http://www.leechilelee.cl/iniciativas/taller-de-cuentos-la-bandera

Y otro ejemplo de actividades inespecíficas sería la iniciativa del “Canal Leer”, portal educativo creado por el Ministerio de Educación de España destinado a “promover el hábito de la lectura a través de un lenguaje moderno y una imagen activa”. Podéis encontrar más información en el siguiente enlace: http://www.nci.tv/index.php/menuportalvoz/submenu-educarte/709-el-canal-leer

Y en segundo lugar, las actividades concretas de fomento de la lectura son aquellas que se orientan a trabajar con un libro concreto y establecido de antemano a la  puesta en marcha de la actividad. Se trata de actividades que giran en torno al objetivo de lograr que de forma no obligatoria las personas sean capaces de leer libros porque disfruten con ello. Y esta tipología de actividades se podría dividir en actividades que trabajan en el “antes”, el “durante” o el “después”.

En cuanto a las del “antes”, se trata de actividades que fomentan que las personas comiencen a leer un libro concreto. Por ejemplo, los juegos de pistas para encontrar un libro en una biblioteca.

En cuanto a las del “durante”, son actividades que trabajan con el proceso de lectura del libro, mediante metodologías como la tertulia dialógica (reuniones en grupo para comentar el libro), charlas mediante las redes sociales (twitter, facebook, etc.), actividades de fomento de la interacción entre personas que leen y que no leen, etc.

Y en cuanto a las del “después”, no se tratará nunca de actividades orientadas a comprobar si la persona ha realizado realmente la lectura, sino actividades orientadas a fomentar que ese proceso de lectura tenga lugar. Un ejemplo de ello sería la proyección de películas relacionadas con el libro una vez se haya finalizado la lectura del mismo.

Como último punto, cabría reflexionar sobre una problemática que las acciones de fomento de la lectura están teniendo que afrontar, y es la dificultad de eliminar las barreras invisibles, ya comentadas en la entrada anterior, que hacen que las personas no acudan a participar a dichas actividades aunque se oferten de forma gratuita porque se sienten incapaces de interaccionar con estas formas de arte y de encontrar algo en ellas que les llene. Por ello, a la hora de impulsar iniciativas de fomento de la lectura, independientemente de la metodología que decidamos emplear, lo principal es cuestionarse en qué medida esa actividad conseguirá que el arte llegue a la gente, situando siempre como objetivo principal trabajar para generar esa curiosidad en las personas que les lleve en primer lugar, a decidir explorar, y posteriormente incluso a “engancharse” a la lectura.

Concluyo esta entrada con este fragmento de Jorge Luis Borges, que refleja bien cuál debe ser el espíritu que debe guiar la lectura: “El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo. Yo siempre aconsejé a mis estudiantes que si un libro les aburre lo dejen. Que no lo lean porque es famoso o porque es moderno o porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz”.

Un saludo,

Iris.

El papel del arte en la democratización de la cultura

Tras establecer una visión global del arte en la entrada anterior, sería interesante ahora hablar de algunas de las características que posibilitan su importante papel en la democratización de la cultura:

-“Es una forma de comunicación y expresión”.

-Es realizado por alguien que está detrás de la obra, que quiere expresar, y que se considera artista.

-El significado de la obra de arte no está únicamente en lo que se percibe a primera vista, sino en el que la crea y en  el que la observa, pudiendo coexistir múltiples interpretaciones heterogéneas que surgen a partir de dicha obra, y que dependen de factores como el momento emocional en el que la persona interaccione con la misma.

-La adecuada relación persona-obra de arte es una condición imprescindible para que se produzca la verdadera democracia cultural. En esta línea cabría destacar dos aspectos:

En primer lugar, la condición previa e imprescindible para que pueda tener lugar la democratización de la cultura se basa en la necesidad de hacer posible que cualquier persona tenga la oportunidad de acceder, y por lo tanto, de interaccionar con el arte y sus manifestaciones. Estaríamos hablando, en palabras de Abad (2011), de la función integradora y relacional de las artes, aquella “que pretende conectar con todos los sustratos de la realidad que compartimos, y no solo como una manifestación superior del espíritu humano. En definitiva, una función sustentada desde las condiciones necesarias para entender que las producciones culturales no son privilegio de tan solo unos pocos que producen y reparten cultura, sino un derecho de todos y cada uno de los existentes”.

Y en segundo lugar, una vez posibilitado ese acceso material, se debe fomentar el establecimiento de una interacción real entre el individuo y la obra de arte. A veces no basta con tener la oportunidad de contemplarla, sino que es necesario ser capaces de ver más allá de su estructura externa. Por ello no es suficiente con que sea un artefacto técnicamente bien construido, sino que en su elaboración la técnica se haya empleado como medio para dar lugar a una obra de arte que transmita emociones. 

De este modo, la verdadera democratización de la cultura consistirá en eliminar las barreras invisibles e inconscientes que dificultan esa relación individuo-obra de arte, y en esta función de romper barreras la educación social tiene un importante papel, haciendo uso para ello, por ejemplo, de metodologías propias de la animación sociocultural. No se trata de cambiar los gustos artísticos de las personas, sino de hacer posible que se produzca esa interacción real.


Iris.

¿Qué es el arte?

El propósito de esta entrada es dar unas primeras pinceladas sobre el concepto de “arte”, empleando para ello algunos de los artículos trabajados en clase que nos pueden ayudar a establecer una primera aproximación.

A rasgos generales, como hemos visto en clase, el arte se podría concebir como una forma de comunicación simbólica mediante la cual el artista representa y ordena objetivos, signos, sonidos o hechos de manera que generen probablemente ciertos significados o emociones.

Pero, yendo más allá, el arte no se limita simplemente a cumplir la función de comunicar, expresar y generar respuestas en los sujetos. Lo más importante es su potencial poder para la transformación social, pues a través de sus expresiones y manifestaciones puede ayudar a modificar nuestra visión del mundo.

Siguiendo a Moreno (2013), y en línea a lo anteriormente comentado, el arte se convierte en una estrategia de acción que permite “corroborar cómo la experiencia artística contribuye al proceso de reinserción social de los sujetos” (p. 445), y para ello es imprescindible partir, por una parte, de la consideración  de la capacidad para crear como algo propio de la naturaleza humana, y por lo tanto, de la necesidad de desarrollar sus potencialidades, pues todo el mundo puede crear, solamente hay que saber cómo conseguir que la persona se sienta capaz de conseguirlo. Y por otra parte, emplear una “planificación abierta”, flexible y participativa que convierta el proyecto de creación de arte en un proceso de creación conjunta.

Por otra parte, haciendo referencia ahora a Aguilar, González, y Romero (2009), el arte como medio de reinserción social favorece la comunicación, las interacciones sociales, rompe con la rutina, y lo más importante: “Cuando yo creo arte, algo cambia en mí”. Ayudar a que ciertos individuos creen arte por sí mismos posibilita un cambio en la visión que el sujeto tiene de sí mismo. Se produce un aumento en su autonomía y en la visión de sí mismo como alguien capaz de romper con el futuro de reincidencia que le esperaba. El hecho de visualizarse realizando acciones que se alejan de las delictivas permite romper con la herencia delictiva que se transmite de generación en generación, con la reproducción de conductas propias de figuras delictivas que han sido modelos a seguir para ellos.

A su vez, el arte también puede emplearse como forma para crear y manifestar democracia. Me refiero al uso del arte como agente de cambio social dentro de la metodología de acción comunitaria. En este sentido, la función que cumple el arte es la de hacer posible el desarrollo cultural comunitario, basado en  principios fundamentales como la importancia de la acción conjunta, de trabajar para alcanzar la cohesión social, de hacer posible la accesibilidad general a los servicios ofrecidos, de la participación y la implicación directa, de crear redes de comunicación horizontal, y sobre todo, la importancia de trabajar para lograr el empoderamiento de las personas, algo que únicamente es posible en comunidad (Moreno, 2012).

En la última imagen utilizada tenéis un ejemplo del uso del arte como parte de la acción comunitaria. Se trata del taller de danza integrada que realiza “La Estación, Espacio de Arte y Acción Comunitaria” de Beniaján, de la  del que podéis encontrar más información en el siguiente enlace: http://laestaciondebeniajan.com/portfolio/taller-de-danza-integrada-200214/

Como última referencia, siguiendo a Barragán y Moreno (2004), no podemos olvidarnos de la importancia, dentro del uso del arte como instrumento para la intervención socioeducativa, de que prevalezca el modelo de experimentación y transformación social por encima del modelo “academicista o de desarrollo de destrezas instrumentales”. La técnica debe ser simplemente una herramienta para alcanzar el fin transformador.

En esta línea, el arte se convierte en un modo de acercarse al pasado de las personas, y hacer aflorar sentimientos vinculados a esos recuerdos, empleándolo siempre de forma positiva. Y en este sentido, permite que las personas reflejen valores y sentimientos que ni si quiera son capaces de expresar con palabras.

Y concluyo reivindicando el papel del educador social como el agente que hace posible todo este proceso: “el encargo social que recibe no es enseñar a pintar, ni la vida y la obra de artistas famosos, ni procedimientos artísticos. Lo que se le pide es que mejore la situación individual y social de los individuos de un grupo”, y a través del arte el educador social puede “trabajar hábitos relacionales como saber escuchar o aceptar opiniones”, “valores sociales como la solidaridad o la aceptación de lo diferente, el desarrollo de capacidades de expresión verbal y otras muchas capacidades cognitivas y sociales” (Barragán y Moreno, 2004, p. 23).

¡Feliz miércoles!

Iris.

jueves, 20 de febrero de 2014

Las políticas culturales: un paso hacia la democracia cultural.

El término de políticas culturales se podría entender en rasgos generales como la presencia o ausencia de un conjunto de acciones y prácticas sociales entorno a la cultura llevadas a cabo tanto por parte de los organismos públicos como por parte de agentes sociales y culturales, que se concreta en la realización de actividades culturales y artísticas (Monclús, n.d.). No se trata, sin embargo, de simples actividades sin trascendencia, ya que a la vez que se realizan estas actividades, indirectamente se están transmitiendo ciertos valores y cierto modo de ver el mundo, modificando por lo tanto la visión del mundo de las personas implicadas. 

Y en la medida que las políticas culturales suponen un potente instrumento de construcción, transferencia y conservación de la cultura, su fomento se convierte en una necesidad y obligación moral. Por ello, es fundamental la implicación de todos los agentes de la sociedad en esta labor, no siendo suficiente con que la gestión de dichas políticas culturales sean competencia limitada de los organismos públicos, sino de toda la sociedad.

Sin embargo, la realidad es que en la actualidad el ofrecer cultura a la sociedad no es una obligación para los organismos públicos, sino una opción, y esto ha llevado a que la intervención y el interés estatal en este sentido sea muy limitada, y predomine la desigualdad social de acceso a códigos culturales en la población. 
Por todo ello se hace muy necesario reivindicar la necesidad de equilibrar estas desigualdades, dando lugar a una verdadera democracia cultural. Una democracia cultural que hoy se abre camino gracias a acciones que sobrepasan los límites de lo estatal, aunque todavía se esté muy lejos de conseguir alcanzarla.

La insuficiente de implicación cultural por parte de los organismos públicos ha supuesto una explosión de propuestas y políticas culturales que surgen de la propia ciudadanía para dar respuesta a las necesidades que ellos mismos poseen, y que contienen una riqueza incalculable.

Algunos ejemplos de este tipo de propuestas culturales serían proyectos como el de "Zaramari" o “Despacito por las piedras”, que podéis ver en los siguientes enlaces:

En suma, todo lo comentado es una muestra de hasta qué punto la cultura forma parte de la esencia del ser humano, y supone un complejo e imparable proceso de construcción de realidades y formas de ser, sentir y vivir. La cultura es vida.

Iris.

miércoles, 19 de febrero de 2014

La animación sociocultural


Históricamente, la animación sociocultural como disciplina ha sido objeto de estereotipos y falsas imágenes sobre su verdadera conceptualización. Por ello es necesario establecer una aproximación, utilizando fragmentos de diferentes fuentes vistas en clase:

“Acción que (…) se mide (…) con la mejora de la calidad de vida que ella hace posible”. (Guillet, n.d.). Que sitúa a “la comunicación y la participación” activa “como ámbito, instrumento, lenguaje y eje de desarrollo social y cultural”. Que muestra especial atención hacia “aquellos segmentos” de la población “con mayores barreras para la participación”, y que fomenta “la libertad (…), la iniciativa” (De la Riva, F., 1986) y “la comunicación” (Besnard, 1988) de los grupos.

Posee un “claro carácter educativo y formativo”, pero sus características la sitúan “en el ámbito de la educación No Formal” (Català y Carbó, 1991).

Es un “modelo de intervención”  que tiene como base una “metodología activa, creativa y participativa” (Ventosa, n.d.), y un “modelo de acción social y cultural”, que da lugar a un “proceso que surge desde dentro de los grupos sociales”,  y que se centra en lograr que sean “capaces de generar cultura” (Viché, 1989), fomentando que “sean protagonistas de su cultura” (Barrado, n.d.) y “de su propio desarrollo (…) social y cultural” (Trilla, 1997).

En suma, es aquella que tiene como esencia la “actuación crítica, libre y transformadora de la sociedad” (Barrado, n.d.).


Además, el intento de definición de esta disciplina ha hecho surgir a lo largo del tiempo diferentes paradigmas teóricos y modelos en las ciencias sociales, pero todos ellos se pueden resumir en  el Modelo Consumista y el de Transferencia de Guillet, resumidos a continuación:

LAS VARIABLES DE
 LAS SITUACIONES
DE ANIMACIÓN
LAS
 CONSTANTES
DE LAS SITUACIONES
DE ANIMACIÓN


MODELO
 CONSUMISTA


MODELO DE TRANSFERENCIA
El hacer
Actividad
Acción
El participante (incluido el animador)
Agente
Actor
El tiempo
Programa
Proyecto
La institución
Instituido
Instituidor
El vínculo social
Socialización
Sociabilidad
La estrategia
Consenso
Conflicto
La filosofía
Práctica
Praxis

La verdadera animación sociocultural será aquella que apueste por el Modelo de Transferencia. Es decir, aquella que defienda la acción conjunta e igualitaria de todos los agentes involucrados en el proceso; que incluya al animador como un actor más; que se base en metodologías abiertas, flexibles y adaptables a la realidad cambiante (proyectos); que apueste por la socialización, pero no desde la adaptación a normas y a un marco social establecido, sino desde un marco social abierto y cambiante (sociabilidad); que defienda una visión positiva del conflicto, pues sin conflicto no es posible la participación y con ello el cambio; y que se fundamente en la praxis, como filosofía que hace posible la reflexión sobre ideas, la adquisición de autonomía, la emancipación colectiva, y como resultado, la transformación de la sociedad.


Fuente: Caballo, M. B., 2001.
Esta concepción de animación sociocultural se convierte en una gran herramienta de la que debe hacer uso la educación para lograr grandes transformaciones sociales. Tanto a nivel individual de todos los agentes implicados en el proceso, como a nivel social, pues transmite valores y permite vivir experiencias que harán que las personas que han participado de la animación sociocultural de una forma u otra transmitan los conocimientos y las vivencias adquiridas, generando un efecto de retransmisión y empoderamiento colectivo. Y en este sentido, el papel del educador social como agente facilitador de ese cambio es imprescindible.

Iris.