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sábado, 10 de mayo de 2014

El trasfondo de las metodologías de acción social: los paradigmas.

Siguiendo algunos de los matices dados en clase, podríamos definir los paradigmas como aquellos marcos de referencia sobre los que se deben fundamentar determinados supuestos metodológicos, delimitando el modo de abordar los problemas, proponer soluciones y aplicarlas. Como paradigmas más representativos en las ciencias sociales se encontrarían los siguientes:

-El paradigma tecnológico o la animación como tecnología social. Defiende la idea de la realidad como algo único y objetivo, y por lo tanto, con una única interpretación. Confía en el poder de la ciencia, y más concretamente, en el del conocimiento positivo como herramienta para analizar e interpretar esa realidad. Se da mucha importancia a la eficiencia y la racionalidad de los procesos, y se concibe al  animador como un mero técnico que se dedica a aplicar aquello que  ha sido prescrito previamente por los teóricos. Se trata, en suma, de un planteamiento cuya aplicación puede llevarnos a grandes incoherencias, pues no tiene en cuenta el carácter variable y cambiante de la realidad, ni las características subjetivas de las personas que la componen, tratándose de un planteamiento rígido frente a una realidad que necesita de flexibilidad constante.

-El paradigma interpretativo o la animación como interacción social. Defiende la idea de la realidad como algo no objetivo e interpretable de forma unívoca, y frente al modelo anterior plantea la “interpretación” de la realidad, y no la “explicación” científica. Es decir, defiende la necesidad de aproximarse a la realidad sobre la que se va a actuar, pero no con la idea de objetivar verdades absolutas sobre una realidad única, sino con la de sacar conclusiones que le proporcionen un mayor conocimiento sobre la misma y que le permitan realizar intervenciones que favorezcan el desarrollo personal y colectivo. Desde este planteamiento el animador sería “un práctico, un mediador grupal que interpreta situaciones y favorece experiencias”. Un agente que actúa desde su subjetividad en interacción con la subjetividad de cada uno de los destinatarios.

-El paradigma crítico o la animación como proceso político. Parte de las mismas ideas que el modelo anterior, es decir, se fundamenta en la crítica al modelo positivista y a su consideración de la realidad como algo único y objetivable, pero a diferencia del segundo, es en sí una crítica al primer modelo. Frente a este, defiende la idea de una realidad “social” que “se constituye en la historia y es fruto de las tensiones e intereses contrapuestos de las distintas clases sociales y grupos humanos”. Ataca a la falsa imagen neutral de la ciencia y el método científico, pues no son neutrales, sino que responden a intereses, no teniendo como objetivo principal ampliar el conocimiento general sobre la realidad, sino sobre aquellas dimensiones que  les interese. Desde este planteamiento la tarea del animador nunca será neutral, sino comprometida política y socialmente. Su acción deberá centrarse en desvelar y recrear realidades y generar alternativas. Lograr la emancipación de los individuos y la transformación de la sociedad.


Y como punto final al que nos lleva tanto lo tratado en esta entrada como la anterior, concluimos plasmando la estructura metódica que todo proceso de intervención social debe cumplir independientemente de la metodología de acción social que siga y el paradigma que se encuentre tras la misma:


Hasta aquí las publicaciones de hoy,

Iris.

jueves, 6 de marzo de 2014

"Vuestra FALTA, es nuestra PRIORIDAD"

Y qué mejor manera de atender (de una manera preventiva) las posibles necesidades que se les puedan presentar a aquellos grupos o sectores que, aparentemente, se encuentran en estado de vulnerabilidad, que reflexionar previa y detalladamente sobre el aspecto en concreto que deseamos trabajar. Una reflexión que defina, estructure y organice el tipo de intervención o acción, así como las diferentes actividades que constituyan esta intervención, que pretendemos llevar a cabo. Siempre dentro de un periodo de tiempo determinado y con una justificación argumentada; y, por supuesto, hacerla pública (la reflexión). Hacer pública esta declaración de intenciones, de propuestas, que estarán en todo momento encaminadas hacia una serie de objetivos deseables y cuidadosamente delimitados, dirigidos a intentar evitar que aparezcan o reaparezcan éstas necesidades, éstas faltas, es decir, tendrán una finalidad en común en la que los profesionales deben trabajar de una manera coordinada para llegar a esa finalidad. Todo esto que he mencionado se recoge en un concepto primordial y presente a lo largo de todo el recorrido profesional del Educador Social. Este concepto es: PROYECTO.

Pero ésta es tan sólo una definición personal, propia, en la que he intentado aproximarme de la manera más completa y sencilla, dentro de mis posibilidades y conocimientos, al concepto. Aquí os dejo alguna definición más en palabras de algunos autores que complementa lo que he mencionado anteriormente y, quizás, os sea de mayor claridad o utilidad:

“La acción de organizar y estructurar en un periodo de tiempo determinado y en una área, sector o ámbito definido, un conjunto de actuaciones y actividades mediante una técnicas y métodos conocidos, utilizando una serie de recursos específicos, tanto humanos como financieros, técnicos y materiales para conseguir unos objetivos concretos” Mille, J.M. Manual bàsic per a l’elaboració de projectes. Útils Pràctics. Ajuntament de Barcelona.

“Hablaremos de proyecto para referirnos a aquello que sobre el papel prevé lo que se ha de conseguir actuando sobre una realidad concreta y cómo debe conseguirse” Deltoro, E. (1991) Cómo hacer proyectos de animación para trabajar con niños y jóvenes. Trajecte Associats.

Como Educadores Sociales tenemos que ser conscientes en todo momento de la grandísima importancia que tienen los proyectos en nuestra tarea. La podríamos considerar una de las herramientas de prevención fundamentales, y como tal, hemos de ser minuciosos y perfeccionistas en sus componentes (título, definición, justificación, destinatarios del proyecto, objetivos, finalidad, etc... a pesar de que disponga de una gran variedad de modelos posibles. Pero no hay una manera más sencilla para llegar a comprender qué y cómo es un proyecto, que mostrar un proyecto real de una manera ilustrativa y superficial, ya que el contenido de un proyecto es muy completo y extenso.

Aquí os dejo un pequeño vídeo de una voluntaria de la Asociación Valenciana de Espina Bífida que participa en el proyecto "Rompiendo Esquemas" propuesto por la misma organización. El proyecto va dirigido a niños y niñas con espina bífida, proporcionándoles actividades y lugares para que se relacionen y disfruten del ocio con la finalidad de optimizar al máximo su integración social.




Carolina.