Según la RAE (Real Academia
Española), cuando buscamos el significado de la palabra “puzle” (puzzle en
inglés) nos la define como: “rompecabezas”, juego que consiste en juntar o unir piezas
independientes que terminan formando una figura o una imagen global. ¿No os
parece una clara ilustración con la vida de los seres humanos y la sociedad?
Cada cual adoptamos una serie de
gestos, de actitudes, de formas de hablar, de pensar, de escribir, de leer, de
relacionarnos… que al juntarse, forman lo que entendemos por identidad
personal, por nuestra personalidad.
Ésta es en gran medida, la que
produce las piezas, es decir, las personas como únicas e irrepetibles, como
individuales, sin producir en primera instancia ningún tipo de problema. No
obstante, cada pieza deberá unirse para formar un puzle, es decir, cada uno de
nosotros interactuamos, nos relacionamos y actuamos ante los demás creando una
comunidad, una asociación y en definitiva una sociedad civil, lo que puede dar a lugar ahora sí, a conflictos.
Es aquí donde, al
contrario que la individualidad, somos valorados, respetados y queridos socialmente, pero también somos juzgados, etiquetados, criticados, etc., por aquello que está fuera de lo que
globalmente todos hemos considerado en mayor o menor medida “normal”. ¿Qué pasa con esas personas?
Como hemos podido ver a través del
video “Piezas” realizado en el centro penitenciario “Picassent” (Valencia), nos
encontramos ante una serie de personas que por circunstancias de la vida se han
visto implicadas en asuntos o conflictos ilegales. Ellos cumplen su condena, la
que en su día dictó el juez, mi pregunta es ¿También somos nosotros, todos los
ciudadanos, jueces día tras día? ¿Tenemos que castigar moral y socialmente a
aquellos que están o han estado en prisión?
“Lo que nos enseñan es lo que aprendemos y lo que aprendemos es lo que
sabemos”, palabras
de una persona en prisión. ¿Qué hemos
aprendido nosotros, que tenemos que juzgar y no llamar “persona” a quien
creemos que no lo merece porque alguien nos lo dijo? ¡Aprendamos de verdad de
una vez!
¿Qué aprenden aquellas personas que
sienten que no forman parte de nada, que no merecen una calidad de vida mínima,
que no son valoradas ni reconocidas socialmente? Nada, no aprenden nada.
Entonces que queremos ¿reinserción o castigo?
A partir de ello, si queremos
luchar por el “aprender”, una de las muchas posibilidades es, tal y como se
muestra en el video “Piezas”, hacerlo a partir de las actividades culturales que
inciten y les den la oportunidad de participar, de poder ser reconocidos por
algo o alguien, de sentir responsabilidad, de poder mostrar sus habilidades,
sus características propias, su yo individual, etc., para que a partir de este
reconocimiento y valoración que a todo el mundo nos gusta tenerlo y escucharlo,
empiece el cambio, su cambio, nuestro cambio. Un cambio de mejora en la calidad de vida y a nivel personal, el cual
se verá reflejado inmediatamente en el conjunto. De esta forma, encajarán todas
las piezas en el mismo puzle, en el que la individualidad se nutra en la
globalidad a pesar de las diversidad y experiencias vitales de cada cual.
Observemos, miremos a los demás...no nos quedemos en un simple "ver", porque nadie nos advertirá de lo que podemos llegar a conocer y por supuesto, perder.
Os dejo una de las canciones que aparece en el vídeo "Piezas" y que hace referencia al título de esta entrada. Hasta la próxima :)
Eva.
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