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sábado, 10 de mayo de 2014

¿Qué podemos entender como metodología de acción social?


Siguiendo a Ander-Egg, “si el conocimiento más que un estado (algo adquirido), es un proceso (algo inacabado, en un hacerse permanentemente), tanto más lo es el método que -como indica el origen de la palabra- es un “camino hacia algo”. No es un camino errático o al azar, sino algo planeado en una determinada dirección”. Es decir, el método de intervención o acción social es concebido como algo abierto, flexible, adaptable. Un camino que hay que andar, y que se va construyendo con cada paso que damos.

Existen diversas metodologías de acción social, diferenciándose unas de otras en el modo que tienen de abordar la realidad sobre la que se interviene. Por ello, en función del tipo de proyecto que queramos desarrollar se empleará una u otra metodología.

Sin embargo, en todas ellas entran en juego una serie variables: marco de referencia, condicionamientos contextuales, competencias de quien lo aplica, experiencias y vivencias, etc. Pero de entre todas ellas, como eje de cualquier método se encontraría el marco de referencia, es decir: ¿para qué actuamos?. Siguiendo a Villasante y otros:

Podemos actuar para adaptar a las personas con problemas sociales al medio que les rodea sin cuestionarlo, con el objetivo de mejorar las relaciones de esas personas con su entorno mediante el fomento de la integración, pero siguiendo una postura conformista que perpetúa las relaciones de poder existentes. Ésta sería la línea adaptativa-conservadora.

Podemos guiar nuestra acción por la idea de actuar educando de manera reformadora. Se trata de la línea educativa-reformadora, y es realizada por aquellos profesionales que creen que es necesario realizar cambios en la sociedad mediante acciones como educar para prevenir la marginación, trabajar con la población de riesgo, adaptar los recursos a los usuarios, etc. Pero siempre serán cambios superficiales, que no supongan modificar las estructuras.

Y por último podemos seguir las líneas transformadoras. Aquellas que lo cuestionan todo y defienden la necesidad de realizar un cambio interno y global de las estructuras sociales, pues no basta con que hayan buenas políticas sociales, se necesita una transformación global hacia otro modelo de sociedad, otras estructuras y otros criterios de reparto social.


A través de estas tres líneas de acción podemos ver, siguiendo ahora a Ander-Egg, como no existe un único método verdadero y absoluto, sino varios, y esto es algo positivo porque hace posible un mayor aprendizaje, pues al fin y al cabo, aprender significa tener la posibilidad de conocer diferentes planteamientos y posteriormente decidir cuál es el más adecuado. Además, el carácter variable de la realidad y la idea de programa/proyecto de intervención como algo que va unido inevitablemente a esa realidad hace necesaria la presencia de creatividad en ese proceso de retroalimentación entre los aspectos metodológicos y la realidad.

Feliz sábado,

Iris.

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